San Valentín era un sacerdote que
hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien
decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su
opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos
ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era
injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes
enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los
enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un
gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó
aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.
Aunque en un principio Claudio II mostró
interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le
persuadieron para quitárselo de la cabeza.
El emperador Claudio dio entonces orden de
que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de
encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que
devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín
aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.
Este hecho convulsionó a Asterius y su
familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín
siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran
y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo,
plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea
símbolo de amor y amistad duraderos.