Un trabajo artesano, joyeria de diseño en plata hecha a mano.
Las joyas han tenido multitud de usos a lo largo de la historia:
Como símbolo de riqueza.
Uso funcional.
Simbolismo (para indicar estatus o pertenencia).
Protección (en forma de amuleto).
Expresión artística.
En la mayoría de las culturas, las joyas son vistas como un símbolo de riqueza. Los materiales y el trabajo necesarios para fabricarlas hacen que tengan de por sí un valor intrínseco, el cual las ha hecho susceptibles de ser utilizadas como forma de acumular riqueza en grandes cantidades. Por ello, se convirtieron en una moneda de cambio válida para todo tipo de transacciones (en culturas como la India formaban parte del rito nupcial, donde la dote se entregaba en forma de joyas de oro).
Muchos de los objetos usados en joyería (por ejemplo, broches y hebillas usados como cierre), originariamente tenían un sentido meramente funcional, aunque posteriormente fueron convertidos en objetos cada vez más decorativos.
También fueron empleadas como símbolos de pertenencia a un grupo, como puede ser el caso del crucifijo cristiano o la estrella de David del judaísmo, o bien como símbolo de estatus (por ejemplo, el collar de la Orden del Toisón de Oro o la práctica en la cultura occidental de llevar un anillo de boda durante el matrimonio).
El uso de amuletos y medallas religiosas para protegerse del mal es común en algunas culturas; pueden tomar forma de símbolos (como el Anj), piedras, plantas, animales, partes del cuerpo (como la jamsa), o los glifos (por ejemplo la caligrafía de las suras en el Corán del arte islámico).
Aunque la manifestación artística ha sido claramente una función de la joyería desde el principio, las demás funciones descritas anteriormente eran las más importantes. No fue hasta finales del siglo XIX, con el trabajo de maestros como Peter Carl Fabergé y René Lalique, que el arte comenzó a prevalecer sobre la función y la riqueza. Esta tendencia ha continuado en los tiempos modernos.
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